Cultura organizacional y ciudadanía

Amado Fuguet V.

A través de la cultura organizacional las empresas pueden construir ciudadanía. La propuesta pertenece a Inés Quintero. La expuso durante el reciente Congreso de Conindustria, donde la historiadora sostuvo que el 5 de Julio de 1811, además de representar la Independencia,  fue el germen de la era ciudadana y republicana que desde entonces se ha enraizado como atributo característico de los venezolanos.

En su concepto, este ADN ha logrado, en distintos momentos históricos, detener el autoritarismo y las pretensiones de mando jerárquico más acordes con regímenes monárquicos, justamente lo que se desactivó en aquella fecha.

Pero ese ADN hay que seguir retroalimentándolo. Cabría entonces para los empresarios preocuparse y ocuparse porque las culturas organizacionales – las actitudes y creencias que se traducen en las conductas de quienes forman parte de una empresa o institución-, estén más inclinadas hacia la participación, el respeto, la inclusión, la tolerancia, la colaboración y la comunicación abierta; que a la unidireccionalidad, el autoritarismo, la lucha por el poder, el egoísmo y el egocentrismo.

El modelo de relaciones con trabajadores, comunidades, clientes y proveedores es, en este contexto, demasiado importante como para dejarlo al azar.

¿Están asumiendo ese reto los empresarios venezolanos? Al menos han incluido el tema en la agenda del debate gremial, y existen casos de organizaciones que han logrado reconocimiento e identificación expresa de sus colaboradores y vecinos. Pero hacen falta más hechos, no tanto producto de la circunstancia temporal del entorno, sino de una actitud de largo plazo. De eso se trata el cambio cultural empresarial.

Publicado en El Mundo Economía y Negocios, Columna Intramuros el 11/07/2011

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