Amado Fuguet V.
No hay duda que el presidente, el gerente general y sus reportes directos tienen un alto impacto, a través de su modelaje, en la forma como se va delineando la cultura organizacional.
Los investigadores han insistido en que las creencias y los valores efectivamente son tallados con el cincel de los líderes de alto nivel, pero también intervienen liderazgos intermedios formales e informales.
Lo ha dicho Edgard Schein, uno de los estudiosos más respetados en la materia: “Los fundadores y líderes subsecuentes continúan intentando insertar sus propios supuestos, pero encuentran que cada vez más otras partes de la organización tienen sus propias experiencias en las cuales basarse que no pueden cambiar”.
El líder trata de incorporar en la cultura criterios que moldean comportamientos, que van desde la forma como se toman las decisiones, la manera en que se escoge y promueve al personal, la asignación de reconocimientos o la interacción en los diálogos.
Quienes dirigen también influyen en aspectos como la estructura, los procesos, el diseño físico interno y externo, así como en la simbología y ritos.
Pero en todos estos aspectos también contribuyen individuos y grupos a lo largo de la organización. Como bien lo dice Schein: conviven un proceso de diferenciación subculturas que crean diversidad, y otro de integración entre ellas, para que se configure la cultura global.
En la medida en que los líderes se involucren con quienes protagonizan estas subculturas, brindando orientación y escuchando, mayor será su influencia en crear la cultura necesaria para el éxito de la estrategia.