Amado Fuguet V.

Una de las primeras lecciones en los estudios de especialización en Desarrollo Organizacional es el proceso de las tres etapas propuestas a mediados del siglo pasado por Kurt Lewin, indispensables para que ocurra una transformación relevante en cualquier institución: descongelamiento, cambio y consolidación de las nuevas realidades.
La fórmula sigue vigente. Y es justamente lo que acaba de insinuar como necesario el industrial Alberto Vollmer, quien durante el Encuentro que organizó la Cámara de Caracas propuso que el sector privado debe cambiar paradigmas. «Si no nos metemos a cambiar lo social, vamos a ser víctima de lo social. Te puede ir bien como empresa, pero si tu entorno está mal, eso no es sostenible en el tiempo», sentenció.
Eso implica descongelar la cultura de muchas organizaciones en Venezuela. Vollmer sabe que la incertidumbre obliga a motivar un cambio, no para plegarse a un lineamiento político, sino para que las empresas asuman una actitud, dentro y fuera de sus organizaciones, que modifique las realidades sociales y ambientales de las comunidades donde conviven, para que sus trabajadores y vecinos progresen.
Es un reto para la dirigencia del sector privado educar y promover estos valores entre los empresarios, para así romper el hielo. Ya hay empresas que lo han hecho, con iniciativas internas y de conexión con asuntos de interés común con las comunidades. De manera que sí es posible.
La etapa del descongelamiento es crucial. Pareciera estar activándose. Si es así vendrán los cambios, y al final su consolidación, cumpliendo las tres premisas de Lewin. La reputación empresarial saldrá airosa si así ocurre.