Amado Fuguet
Una de las tendencias que ha tomado cuerpo en los debates sobre reputación es la necesidad que tienen las organizaciones de definir un propósito, mediante el cual se establece el compromiso de generar impacto en la sociedad a través de su gestión.
De hecho, el propósito corporativo encabeza la lista del estudio “Approaching the future 2022: Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles» que presentó este año el Corporate Excellence y CANVAS Estrategias Sostenibles.
Pero es importante destacar que el propósito no debe estar orientado exclusivamente hacia actores externos, sino que hay que proporcionar mayor apoyo a los internos.
En realidad, hay cuatro tipos de organizaciones:
1) Las que no asumen responsabilidades ni con su entorno social ni con sus trabajadores.
2) Las que se preocupan por el desarrollo y el bienestar de su personal, pero no tienen iniciativas hacia la comunidad o la sociedad.
3) Las que hacen muchos esfuerzos de responsabilidad social externa pero que no muestran igual interés hacia su propia gente.
4) Las que tienen en su agenda el desarrollo de programas que fortalezcan tanto a sus colaboradores como a su entorno social.
Este último modelo tiene grandes ventajas, especialmente cuando las iniciativas internas y externas se alimentan una de la otra, es decir, cuando los esfuerzos convergen en una sola dirección. Un ejemplo. Una empresa industrial que tiene como foco de responsabilidad social el mejoramiento del ambiente, evitaría disonancias si internamente, más allá de las exigencias legales, corrige riesgos internos ambientales que puedan afectar la salud para sus trabajadores.
Pero no se trata exclusivamente de programas sociales. El propósito va más allá. Es el impacto que la propia actividad empresarial tiene en la sociedad por la forma como gestiona sus procesos operativos, tanto en el sector primario, como industrial, comercio o servicios.
Desde otra perspectiva, las empresas del modelo de gestión integrada, terminan siendo sobresalientes cuando los programas de responsabilidad interna y externa, más que asuntos de exclusiva competencia de los respectivos departamentos de RRHH y de Relaciones Institucionales, se ejecutan con la activa participación de los directivos, gerentes y supervisores. Tan es así, que el mismo estudio sobre tendencias establece que después del propósito, destaca el liderazgo responsable, no solo de las organizaciones sino de quienes las dirigen.
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