Amado Fuguet V.
Ser “prosocial” en la empresa puede mejorar el clima y, por ende, la productividad organizacional.
Eso ocurre cuando los compañeros de trabajo y especialmente los que tienen roles de supervisión colaboren con quienes sufren stress o ansiedad por tener exceso de trabajo, o cuando comprendan sus errores y los ayuden a superarlos.
Lo acaba de referir la revista Newsweek: los científicos están explorando las conexiones entre preocuparse por los demás y la productividad laboral.
Según la publicación, nuestros cuerpos responden a las interacciones sociales positivas en el trabajo en varias formas: menos presión arterial y ritmo cardíaco, un mejor sistema inmune y óptimos niveles hormonales.
Cuando los jefes son justos y se esfuerzan, se incrementa la moral de sus colaboradores, lo que se traduce en mayor lealtad y compromiso.
Los científicos citados por la revista comentan que una actitud amable puede enseñarse en la organización a través de la práctica, a través de programas basados en la psicología e incluso en referencias budistas como la colaboración, la resiliencia y la meditación.
La comunicación es determinante, especialmente la escucha y la empatía, ya que permiten comprender las razones y sentimientos de los demás.
Los estudios vienen a darle mayor peso científico a la tesis según la cual los estilos autoritarios son cada vez menos efectivos. La productividad está más vinculada a la auténtica preocupación que tienen las organizaciones y sus líderes por sus colaboradores.