Amado Fuguet V.
No es casual que en las organizaciones donde se propicia una mayor participación por parte del personal en las conversaciones internas sobre asuntos de interés mutuo, se consiga que los equipos e individuos presten mayor atención sobre estos temas.
Es por ello que cuando se busca colocar en la agenda interna asuntos prioritarios, una de las fórmulas más efectivas es que se estimule el intercambio de contenidos sobre tales ejes temáticos.
Parte del secreto es que cuando se le abren oportunidades a la gente de presentar sus ideas, puntos de vista, comentarios y dudas, la disposición a incluir estos asuntos en sus prioridades de atención aumenta.
En procesos de cambio, por ejemplo, si se identifican los asuntos críticos del proyecto respectivo y se impulsa la comunicación abierta acerca de estos puntos, es menos cuesta arriba vencer resistencias, facilitar la comprensión de los objetivos y lograr compromiso con ellos.
Tomar esta vía trae, por tanto, varios beneficios. Refuerza el posicionamiento de los temas clave, concentra la gestión en los temas prioritarios, propicia un mejor clima de trabajo y disminuye en cierta medida la incertidumbre.
En los ambientes en donde se escucha a los colaboradores y éstos perciben esta actitud tal cual, se produce una reciprocidad: la gente, a su vez, escucha más.
Esta es una práctica fundamental muy recomendable tanto para quienes tienen que dirigir procesos de comunicación interna en las empresas, como para quienes tienen roles de liderazgo y de gerencia en las diferentes áreas.
Querer participar es una actitud cada vez más frecuente. Abrirle espacios es una sana estrategia para comportamientos creativos y productivos.