Amado Fuguet V.
Los líderes tienen que vivir y sentir sus organizaciones. Para ello requieren promover y practicar la comunicación abierta, de tal forma que los procesos de influencia sean desarrollados conjuntamente tanto por quienes tienen el mando formal de la dirección y la estrategia como por quienes, en diferentes niveles, se encargan de la ejecución.
En este tipo de cultura se estimula el ejercicio del liderazgo a lo largo de las organizaciones. Que exista uno a varios líderes en la cúspide no contradice que pueda haber muchos líderes, aún cuando éstos no tengan autoridad derivada de sus cargos.
Esta característica puede verse estimulada por las nuevas herramientas tecnológicas, que facilitan la comunicación social dentro de las empresas o instituciones. Pero no dependen de ella exclusivamente. Lo que define al liderazgo 2.0 es la actitud y los comportamientos fundamentados en la apertura conversacional.
El líder 2.0 pueden utilizar blogs o redes sociales internas que le permitan obtener comentarios sobre asuntos de interés para la organización. También pueden mantener contacto a través de carteleras, correos electrónicos o videoconferencias. Pero lo esencial es que caminen por la organización, hagan acto de presencia y dialoguen, para escuchar y compartir mensajes sobre la estrategia, la operación, la cultura interna y el rol de los individuos y equipos.
Esto puede hacer más eficaz el liderazgo, en el sentido de que los objetivos organizacionales sean alcanzados o superados. Al sentir la gente que tiene algún grado de participación en la resolución de problemas, en el aprovechamiento de oportunidades y en la toma de decisiones, mayor será su compromiso.
Insistimos: el liderazgo 2.0 es comunicación abierta. Mientras más se comparta y más se escuche, más posibilidades existen de que líderes y seguidores cooperen y colaboren conjuntamente en una misma dirección.
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Foto cortesía de Apple Eyes Studio por medio de Freedigitalphotos.net