Amado Fuguet V.
¿Están las organizaciones conscientes de que asumir una comunicación interna abierta puede multiplicar su efectividad en sus propósitos de actuar responsablemente ante las comunidades, los clientes, los proveedores y otros actores clave? ¿Tienen claro que si la cultura dentro de la organización es cerrada, autoritaria y rígida; será más difícil lograr una buena reputación?
Estas preguntas surgen cuando las empresas se percatan de que los esfuerzos que hacen ante la sociedad con iniciativas de responsabilidad corporativa no logran mayor reconocimiento, más allá del derivado de inversiones publicitarias.
La comunicación interna, dentro de una cultura abierta, es fundamental para que las organizaciones se comporten con un mayor sentido de responsabilidad ante los demás actores.
Cuando existe un mayor compromiso de los trabajadores con su organización – para lo cual es indispensable que la gerencia practique la escucha y estimule la participación-, éstos colaborarán y cooperarán para que los objetivos vinculados con la responsabilidad integral se alcancen o se superen. Se convierten en propulsores y defensores de la reputación organizacional.
Existe mayor responsabilidad con los clientes cuando dentro de la empresa la gente conversa sobre estos asuntos, intercambia ideas sobre los productos y servicios y es estimulada a proponer ideas para mejorar los procesos de atención.
Igual ocurre con las comunidades. Si el tema no está en la agenda interna y es sólo una tarea administrada por un departamento, la efectividad de este esfuerzo es limitada.
Propiciar la comunicación interna sobre asuntos asociados a la responsabilidad de la organización augura mejores resultados.