Amado Fuguet V.
En la mayoría de las sesiones que nos ha tocado facilitar en distintas empresas para diseñar planes de comunicación, uno de los procesos más exigentes y valorados es la configuración de la arquitectura de mensajes organizacionales.
En estas reuniones, los gerentes debaten e identifican los asuntos estratégicos a los cuales debe dárseles prioridad. Y es a partir de allí que comienza la ruta.
Esta definición de temas clave permite organizar con mayor tino los pilares sobre los cuales debe construirse el posicionamiento interno y externo de la organización.
Usualmente los ejecutivos, cada uno desde su punto de vista, tienen a mano tanto la información como la argumentación necesaria para ir alimentando los contenidos. Y son éstos los que le dan fortaleza a cada uno de los pilares que darán soporte al cuerpo de mensajes fundamentales para el posicionamiento deseado.
La participación de los gerentes de primer nivel, sobre todo si son los mismos que discuten y aprueban el plan estratégico de la empresa, tiene dos grandes ventajas: la comprensión cabal de cada mensaje por parte de los ejecutivos y su compromiso con cada uno de ellos.
Generalmente ellos son voceros. No sólo internamente, sino también ante otros actores, según se defina en la política que se aprueba al respecto.
Construir la arquitectura de mensajes de esta manera resulta de gran ayuda para los gerentes de comunicaciones. No sólo porque facilita la jerarquización de temas para la gestión editorial –y lo que hay que decir sobre cada uno de ellos-, sino también porque ayuda a fortalecer la coherencia en los mensajes internos y externos de la organización.