Amado Fuguet V.
Es auspicioso observar que cada vez con mayor frecuencia, los comités directivos o ejecutivos de empresas venezolanas estén prestando mayor atención a los procesos de comunicación interna.
En algunos casos se activan porque identifican que constituyen un factor determinante para mejorar el clima organizacional.
En otros se mueven porque deben emprender procesos de cambio –reestructuraciones, incorporación de nuevas tecnologías en la operación y comercialización, adopción de nuevos modelos de competencias, reorientación del negocio, entre otros- que demandan planes de comunicación.
También se derivan de la necesidad de preparación para afrontar distintos eventos de crisis y contingencia.
Igualmente son consecuencia de la genuina preocupación por darle dirección a la organización sobre la ruta estratégica de la empresa e informar sobre los hitos que van marcando el camino.
Lo que más ocurre es que se cruzan varias de estas causales.
Nos ha tocado dirigir muchas sesiones en diversas organizaciones donde los ejecutivos diagnostican su clima comunicacional y el grado de madurez que tienen en la planificación, estructura y gestión de estos procesos.
Y hemos encontrado mucha honestidad al encarar su realidad. Muchos confirman lo que intuyen, y otros descubren en el debate con sus pares tanto fortalezas como debilidades.
Los modelos de diagnóstico facilitan la comprensión de hechos objetivos e intangibles, a través de un conjunto de variables que permiten afinar la puntería de los planes de acción, a través de indicadores de gestión y la fijación de metas.
La comunicación interna se ha ganado un espacio en la agenda de los comités ejecutivos en organizaciones de distintos sectores.