Amado Fuguet V.
Alberto Gutiérrez Campos es un profesor de la Escuela de Educación de una universidad nacional. Durante los últimos tres años se ha visto atraído por el potencial que representa Internet para masificar la educación.
Deambulando por el ciberespacio, en procura de contenidos relevantes sobre este propósito, hace unos meses se inscribió en un grupo en LinkedIn identificado con un nombre relacionado con educación a distancia. Solicitó permiso para ingresar y fue aceptado de inmediato. «Gracias por permitirme formar parte del equipo», escribió en la cronología.
«No, no es un equipo, es una comunidad del conocimiento», le contestó el coordinador para luego reiterarle la bienvenida. Sorprendido, Alberto comenzó a indagar sobre la diferencia entre los dos conceptos.
Los equipos se crean en función del logro de objetivos y metas muy concretas, a través de un plan de acción con tiempos de ejecución preestablecidos. Sus integrantes realizan tareas interdependientes, y cuentan con un líder que debe rendir resultados.
Las comunidades de conocimiento no persiguen metas. Son movidas por intereses comunes en torno a algún tema. La participación responde más a la necesidad de compartir información, ideas y recomendaciones sobre algún asunto. Puede haber método de funcionamiento para hacerlas más productivas y activas, pero no requieren de un plan.
El conocimiento que se va generando, producto del intercambio que se realiza en las comunidades, puede ser útil para sus miembros o incluso para terceros. Es un contenido de mucho valor, pues puede generar soluciones a problemas comunes, o incluso puede desembocar en ideas que, al aplicarse, pueden generar innovación.
Alberto aprendió la diferencia. Pero también ha extraído como conclusión algo en lo que sí coinciden ambos tipos de agrupaciones: requieren de mucha comunicación abierta entre sus miembros.
Para que sean exitosos, los participantes tanto de equipos y como de comunidades deben asumir una actitud y un comportamiento donde compartir y escuchar son los verbos de mayor valor.