Amado Fuguet V.
De las estrategias probadas en los procesos de cambio organizacional, destaca una que es crucial para el éxito: la formación de coaliciones.
La razón es muy simple. Al formar alianzas con grupos e individuos de distintas áreas y niveles, se amplía la base de poder y con ello la capacidad de influencia.
Crear redes con quienes están en posiciones con capacidad para tomar decisiones, con aquellos que tienen conocimiento e información relevante, o con personas que poseen liderazgo y reputación en diferentes grupos; facilita el desarrollo de los proyectos de cambio y de iniciativas de cualquier dimensión.
Implica una actitud sólida de comunicación abierta. Formar coaliciones es crear comunidades a las cuales hay que orientar e informar, y muy especialmente escuchar y observar permanentemente. Es mantenerlas integradas y motivadas.
Ese es precisamente el fundamento de la Comunicación 2.0. Y es un comportamiento que se manifiesta tanto en conexiones presenciales como digitales. Es un dueto poderoso.
El uso de medios sociales en la organización adecuadamente planificados constituyen una gran oportunidad para mantener conectadas a las redes de alianzas, compartir información y ayudar a superar las resistencias. Pero deben funcionar en paralelo con la comunicación cara a cara que debe darse entre individuos y grupos. Una coalición sin condimento presencial pierde efectividad.
El apoyo político de quienes toman las decisiones y el del personal que se encarga de desarrollar y protagonizar los proyectos de cambio son necesarios para cantar victoria. Y para ello hay que crear conexiones sociales. La Comunicación 1.0, un estilo en el que priva lo unidireccional y lo reactivo, no pasa el examen.