Optimismo ante las turbulencias del entorno

Amado Fuguet V.

A los jóvenes estudiantes que asistieron a principios de noviembre al Encuentro empresarial que convocó la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas, les quedó claro lo siguiente: tendrán que navegar en aguas turbulentas, ya que el entorno –no sólo en Venezuela, sino en el mundo entero- seguirá siendo hostil. Las dificultades y contrariedades siempre estarán al acecho.

Pero los mismos capitanes de empresa que hicieron tal advertencia, se encargaron  de equilibrar la balanza, acudiendo al viejo refrán: al mal tiempo, buena cara.

Lorenzo Mendoza, máximo jefe de Empresas Polar,  Jorge Redmond, líder de Chocolates El Rey, y los demás voceros empresariales, coincidieron en ello.

Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. Así define el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia a la palabra “optimismo”. Es una actitud, la más valiosa para no sucumbir ante las adversidades.

Mendoza fue claro al completar la receta: hay que pensar siempre en el largo plazo, ya que la visión de futuro imprime ánimo ante el acoso de los problemas que surgen a diario. Y, además, hay que tener disciplina operativa. Lograr la excelencia es posible si cada quien cumple con su responsabilidad y da el todo por el todo. Ante cada episodio aparentemente infranqueable, toca innovar.

El eje central que hace posible el optimismo frente a las turbulencias, según el presidente de Polar, es la gente. Hay que buscar a los mejores y ofrecerles un empleo digno, de manera que se sientan a gusto y retados. Y nada más relevante que escucharlos y orientarlos mediante una comunicación cara a cara.

Un comentario en “Optimismo ante las turbulencias del entorno

  1. dos puntos:
    1) nunca he entendido «a mal tiempo buena cara» en éste contexto.
    2) y relacionado con el primero, cuántos son los mejores? estadísticamente son muy pocos, es más, se supone que un ingeniero de una media de 5,5 y sólo prácticas no podrá desarrollarse profesionalmente? porque una familia humilde no puede pagar idiomas, ni traslados, pero sí una carrera con ayuda estatal, le podemos decir que gracias por el esfuerzo y ya le llamaremos?

    Creo que hay que dar oportunidad a los jóvenes, empezar a aplicar en todos los niveles la productividad para el salario y siempre ofrecer contratos dignos y un entorno de constante formación.

    Por último, un buen profesional no se encuentra viendo una nota media alta, ni varios máster, la persona es lo que importa, cuánto se esfuerza, trabaja y evoluciona.

Deja un comentario