Amado Fuguet V.
Es normal que en los últimos meses del año, las organizaciones comiencen a actualizar escenarios sobre el comportamiento probable de las distintas variables que conforman su entorno para el año siguiente. Bien para establecer presupuestos de ingresos, gastos e inversión, o bien para fijar metas y objetivos para sus distintos procesos, las distintas áreas organizacionales inician una especie de negociación interna de cara a tales escenarios.
Los contextos organizacionales son cada vez más inciertos, más en en países tan complejos como el venezolano. Pero los gerentes han ido aprendiendo que frente a lo impredecible, siempre será mejor estar preparados ante cualquier situación, sea de riesgo o de oportunidad.
Los departamentos buscan, en estas circunstancias, ampliar su base de poder interno. Mientras más investiguen y obtengan mayor información para disminuir la incertidumbre, tanto para sus propios procesos como los de otras unidades en la organización, podrán lograr mayor reconocimiento, y tendrán más poder de negociación a la hora de buscar apoyo para sus proyectos o propuestas.
Aquellas áreas que se preocupen por contar con los talentos apropiados para afrontar con éxito los desafíos del entorno, aquellas que establezcan planes y desarrollen capacidades tecnológicas que afirmen su capacidad de acción; ayudarán a la supervivencia y crecimiento de la empresa. Pero también les afianzará su prestigio gerencial, lo que implica mayor poder interno.
Es por ello que cualquier área de la organización debe evitar ver con fatiga o desdén los ejercicios de proyección de escenarios para el año próximo. Es una gran oportunidad para fortalecerse como grupo y aportar mayor valor a la organización.