Amado Fuguet V.
La metáfora es una poderosa herramienta comunicacional. Permite transferir significados de algo conocido, fácilmente entendible, a una situación anhelada, desconocida o poco comprensible. Además de su connotación racional, una metáfora también puede evocar emociones. En tanto pueda combinar ambos efectos, será mucho más efectiva para transmitir una idea o un concepto.
La metáfora “Vinotinto” es el recurso del momento. La destacada actuación del equipo en la Copa América es un hecho de gran trascendencia en el ámbito futbolístico. Aún sin haber llegado al encuentro por la primera posición, el equipo ha roto con la vieja creencia de que para Venezuela era imposible llegar a posiciones finalistas. Lo racional –la calidad de la estrategia, la táctica y el desempeño- y lo emocional-la pasión y el arrojo de los jugadores- lo han hecho posible.
Además, este hecho ha producido otro: el interés común por una causa y, en consecuencia, el unánime apoyo por todos los venezolanos.
Es por ello que tiene fuerza metafórica. El principal uso ha sido en el terreno político-social. De alguna manera esta unión ha evocado lo que las encuestas dicen. Los venezolanos desean que prive el diálogo y la cooperación para que el país progrese y se resuelvan los problemas.
Pero también el acontecimiento “Vinotinto” es un gran relato que hay que contar en las organizaciones. Los empresarios y los gerentes requieren trasladar al ámbito de la fábrica, la tienda o la oficina, muchas de las lecciones de esta experiencia. Hacer equipo con sus trabajadores, comunicarse eficientemente con ellos y encontrar intereses comunes, es una tarea por hacer. Hay que buscar el gol sin jugar en posición adelantada.