Cada vez que se produce una crisis, las redes sociales aumentan su protagonismo. Está ocurriendo con la tragedia japonesa.
Han sido útiles en varios aspectos:
Uno: Para informar e informarse sobre los acontecimientos, con contenidos generados no sólo por periodistas y medios, sino por ciudadanos, que han aportado testimonios escritos, fotografías y videos.
Dos: Los japoneses han usado Mixi (la red social más popular en ese país), Twitter y Facebook para encontrarse entre ellos, dar con el paradero de familiares y amigos, y para solidarizarse unos con otros. Lo mismo ha ocurrido internacionalmente.
Tres: Las redes sociales y otros servicios de Internet han servido como medio de orientación para ofrecer alertas, recomendaciones y guías de actuación para los pobladores, así como para organizar operaciones de salvamento.
Cuatro: Relacionado con lo anterior, han permitido que individuos e institutos expertos en terremotos, tsunamis y energía nuclear, entre otros asuntos, expongan sus comentarios y opiniones a través de la red.
Quinto: Han facilitado la recolección de donaciones para organizaciones como la Cruz Roja, entre otras, destinadas a programas de rescate y de auxilio a damnificados.
Sexto: Han permitido a empresas y organizaciones nacionales y extranjeras mantener contacto oportuno con su personal y sus familiares para comunicarles decisiones e informaciones de interés mutuo.
Estos son algunos usos que se están dando a las redes sociales en esta crisis, aunque también han sido objeto de malas prácticas, como la creación de falsas alarmas y noticias sin asidero.
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