Amado Fuguet V.
Si algún ejemplo no deberían seguir jamás los gerentes en las empresas para procurar resolver situaciones con sus diferentes interlocutores, es el que han venido dando los políticos en la Asamblea Nacional a propósito de la evaluación de la gestión del gobierno.
Dos actores que se aferran a sus posiciones polarizadas, sin considerar apropiadamente intereses comunes que constituyan contenidos –digamos, que beneficien a la sociedad- para un debate de altura y un diálogo constructivo; dejan mucho que desear.
Habrá quienes digan que así es el mundo político para justificar la escena. Unos y otros se atribuyen haber ganado. Ganar es un decir, porque ambos bandos, aparte del país, son perdedores en este show.
Para los gerentes es más sano asumir el debate desde la escucha. Y no la escucha fingida, sino la fundamentada en la empatía, que no es otra cosa que ponerse en los zapatos del otro para encontrar razones, sin que de ninguna forma esto suponga abandonar criterios propios.
Ese es uno de los componentes de la comunicación asertiva, que consiste en respetar el derecho del otro a exponer sus criterios, escuchándolo, y además sentirse en reciprocidad respetado cuando le corresponde su turno.
En el mundo organizacional la asertividad es necesaria e indispensable para encontrar soluciones a problemas de toda índole o para sacar provecho a oportunidades que puedan presentarse.
Dicen que en el ruedo político esto no vale. Pero no es cierto. Hace falta poner en las pantallas del Hemiciclo de la Asamblea Nacional la película Invictus, con las lecciones de Mandela.
Que cierto es todo lo que plasmas en este artículo. El día que nuestros políticos aprendan a escucharse y a respetarse, en ese momento tendremos unos verdaderos representantes en nuestra Asamblea. Felicitaciones. Muy bueno. saludos Omara