Amado Fuguet V.
Cada vez son más los sectores donde la incertidumbre y el temor a perder el empleo están dominando el ambiente laboral interno en las empresas venezolanas.
¿Es acaso que el personal de las compañías se está percatando de que en épocas de recesión aumentan las posibilidades de que se adopten medidas de recorte de nómina? ¿Intuyen que de continuar la crisis algunas empresas incluso pueden cerrar?
Sí, en parte esas son preguntas válidas para tratar de comprender por qué existe intranquilidad en el mercado laboral venezolano. Pero en los últimos meses se ha agregado otro tipo de interrogantes. ¿Tendrán temor de que la empresa donde prestan sus servicios pueda ser objeto de alguna expropiación? ¿Pensarán que de concretarse una medida de este tipo pueden perder el empleo o la calidad de las condiciones laborales? ¿Dejarán de existir algunos sectores de la economía y con ello también varias fuentes de empleo?
Los temores han activado ya algunos mecanismos de defensa. Basta ver cómo los trabajadores de varias empresas donde se han adoptado medidas de intervención, como es el caso de Polar, han realizado actividades de movilización para expresar su posición. En algunas regiones, como Ciudad Guayana, donde la producción de las empresas tanto del Estado como las que se mueven en torno a ellas ha caído en los últimos meses, los trabajadores temen al futuro.
También en forma individual hay reacciones para buscar alternativas. Muchas personas que trabajan en sectores que están cayendo –como las casas de bolsa- están enviando sus credenciales a los departamentos de recursos humanos de otras empresas en otros sectores para buscar empleo.