La formación: un contenido indispensable en la agenda de los líderes gerenciales


Amado Fuguet Ventura

A contramarcha de los teóricos del liderazgo que valoran el tipo de líder carismático, existe una corriente que considera como verdaderos líderes a quienes logran formar líderes a lo largo de la organización. Y esos líderes tienen una clara orientación a preocuparse y ocuparse de la formación de la gente.


Uno de los retos de la gerencia alta y media venezolana es revertir un comportamiento que, salvo excepciones, la caracteriza en la relación con sus colaboradores: cumple con su rol de establecer objetivos y metas a sus colaboradores, pero es menos proclive a ofrecerle retroalimentación sobre el desempeño.

Esta evaluación sobre el rendimiento del individuo muchas veces, cuando se da, es sólo para cumplir un requisito normativo que existe en muchas organizaciones, cuando corresponde anunciar los ajustes salariales asociados al rendimiento en el puesto de trabajo.

Aunque parezca un episodio menor en la vida de las organizaciones, es una de las variables más castigadas cuando en los análisis de clima interno la gente ofrece su percepción del comportamiento de sus jefes.

La evaluación es, por el contrario, uno de los momentos más relevantes donde se pone a prueba el liderazgo comunicacional de los gerentes y supervisores. Es la ocasión más propicia para establecer un diálogo constructivo, donde el  jefe puede reconocer las fortalezas y logros del individuo, uno de los elementos de motivación más auspiciosos. Pero el feedback es también la oportunidad de plantear asertivamente al individuo situaciones en las cuales su desempeño no ha sido el más apropiado.

La retroalimentación, al mismo tiempo, abre las posibilidades para que el gerente oriente a su colaborador sobre la forma de comportamiento adecuada y, sobre todo, para ofrecerle su respaldo en otro de los componentes motivacionales más requeridos por el personal: los planes de formación necesarios para reforzar sus fortalezas y para cubrir las brechas en sus capacidades y competencias.

Los gerentes que asumen este reto se convierten en líderes, ya que pueden movilizar a la organización hacia estándares de desempeño superior.

Formación de líderes

A contracorriente de los teóricos del liderazgo que valoran el tipo de líder carismático, existe una escuela de pensamiento que considera como verdaderos líderes a quienes logran formar líderes a lo largo de la organización. Y esos líderes tienen una clara orientación a preocuparse y ocuparse precisamente de la formación de la gente.

Uno de quienes han impulsado este planteamiento ha sido Noel Tichy, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan, quien considera que una de las características de las organizaciones ganadoras son aquellas que tienen líderes en todos sus niveles. “Son aquellas donde deliberadamente y sistemáticamente desarrollan a las personas para ser líderes verdaderos con sus propios puntos de vista para a su vez motivar a otros a la acción. Ellos usan todas las oportunidades para promover el liderazgo en la organización, y los líderes de primer nivel están personalmente comprometidos a desarrollar otros líderes”, ha dicho en varias de sus publicaciones y conferencias.

Su tesis es que liderar, aprender y enseñar constituyen una tríada que debe recorrer a toda la organización, y que incluso debería constituirse en parte esencial de las descripciones de cargo, especialmente de quienes tienen roles de gerencia y supervisión.

De esta forma, la formación se convierte en uno de los ejes fundamentales para el éxito de la organización, sus equipos de trabajo y los individuos que hacen vida en ella.

Elemento motivador

Los estudiosos del comportamiento organizacional han polemizado en torno a los factores que motivan al personal. Maslow, Herzberg, Aldelfer y McClelland, tienen diferentes hipótesis, pero en cierta forma coinciden en que entre las necesidades de orden superior que al ser satisfechas generan motivación, están la realización personal, el crecimiento, y la necesidad de logro.

Uno de los factores que propulsan la satisfacción de estas necesidades es la formación, y es asociada a la organización cuando ésta la promueve y crea las condiciones para que el individuo desarrolle sus capacidades y conocimientos, y pueda aplicar lo aprendido en la empresa. Esto conllevaría al logro, y, por supuesto al desarrollo de carrera dentro de la organización.

Es por ello que, si existe algún contenido necesario para la comunicación de los líderes en las organizaciones, ese es el de la formación. Y será efectivo en la medida en que tal contenido esté soportado en planes alineados con los lineamientos estratégicos que se ha dado cada institución.

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